La gravetat del lloc, de Israel Ariño, explora el concepto de «lugar» como eje de vinculación emocional a través de la oscuridad, del límite de lo representable y de la percepción de la realidad. La noche aparece como objeto de descubrimiento, misterio y placer, como un espacio jeroglífico que nos lleva a imaginar algo más que lo que realmente vemos. Nos adentramos en el terreno de lo mental, de lo imperceptible, del hallazgo.

Es, en definitiva, una propuesta más sensorial que razonada, repleta de elementos intangibles que aparecen y desaparecen de manera paulatina a medida que vas pasando las páginas. Diseño de Underbau.